No es lo que tenga el libro, es que es justo lo que necesitaba. Largarme de aquí a Wyoming, por ejemplo, y seguir una trama de polis y malos con indios, vaqueros y sentido del humor. Llegué a él a través de la serie Longmire, inspirada en este sheriff y con la Starbuck de la inigualable Battlestar Galactica de poli vaquera. Con estos andamios evasivos me he construido la primera escapada de la Semana Santa aguachinada. Destaco el entretenimiento que proporciona, los diálogos entre -sobre todo- los dos amigos protagonistas y me sobran -era demasiado pedir que el autor resistiera la tentación- los presuntos espíritus de ancestros cheyennes. Se lo perdono tanto que podría caer el siguiente.
Recomendación: a quien guste de novela negra con toque de western.
NOTA DE PRÉSTAMO: piqué, lo compré y ahora a pasear por la familia para amortizarlo.
Deja un comentario